Estoy convencida que el que quiere algo, corre sin descanso hasta alcanzarlo y lo logra. La vida, es cierto, suele ser cuesta arriba, pero las oportunidades las da Dios. Y las da cuando automáticamente, como por la ley de gravedad, nos caen encima. Pero para esto, hay que lanzar hacia arriba la bendición, causa y efecto. Me encanta proverbios 6 donde nos animan a observar a la hormiga y su estilo de vida. Me encanta Proverbios 25 cuando dice que al pasar por el campo del haragán, lo encontró descuidado. Pienso que no se trata de nuestros "grandes talentos" o "incomparables capacidades" sino del empuje que le demos a la vida. De mantenernos en la ruta enfocados y tener un destino claro.
Lo mejor sería ser una flecha en manos del arquero del universo, porque en sus manos no hay falla, su puntería no falló cuando colgó la tierra en el cosmos; ni tampoco falló cuando se creó la primera celula en el agua, ni tampoco falló cuando me personalizó a mi en su mente inefable.
La actitud del vencedor radica en saber que se puede y que no hay obstáculos que me lo impidan. Por enormes y gigantes que sean, no quebrarán mi espiritu ni dañarán mi fe. Por inalcanzables que parezcan, podrán retrasarme pero no derrotarme. Y no se trata de la riqueza material sino de mi idea de victoria. Qué es el triunfo? Para mi es un ensayo que talvez no concuerde con el de otros, pero cada quien presentará su propio reporte al Maestro. Si El jamás fue negativo, yo no tengo porque serlo. Si el jamás fue débil y no permitió al miedo detenerlo, yo tampoco tengo porque hacerlo. Si el nunca aceptó un imposible por respuesta, sino que se rió de lo absurdo de la lógica humana, porque no me voy a reir yo. Y quien soy yo? Comparado con el soy menos que el piojo de un gusano. Amalgamada en El, el único límite será mi mente, humana, pasajera, corruptible, irrisoria, Es pues la Fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Más poderosa que esta habitación temporal en la que vivo, no aceptaré hacer de ella una carcel, pues mi interior no se rige por las leyes de este mundo. Se rige por la magnitud del amor de Dios por mi.
Este amor del cual me es imposible dudar, no por lección humana, sino por una certeza inaudita, ineludible gracia de Dios que me persigue, me alcanza y me persigue como mar rabioso de olas turbulentas que no se detienen, así ha sido Tu amor. El Padre amoroso que ha velado mi angustia e hilado mis gozos. El tierno amigo que me ha extendido su mano aunque se le haya mordido tantas veces que aún me averguenzo de mi, pero no al punto de no ver que estoy sentada en la ola de su misericordia, no por quien yo sea sino por quien El es. Y porque esta humillación que siento ante su presencia me obliga a confesarle mi insuficiencia y a suplicarle su divino amor. Nunca tarda el rocío de tu mirada sobre este cuadro de figuras ausentes y causas perdidas que jamás podría por si misma ser.
Tu voz, oh Dios, es el objeto de mi fe. Tu voz que vive en mi.
