2/15/07

I saw a Miracle

The little girl came to our Samaritan Center with her aunt. She didnot have the frightened look that we see on everyone else who come to get tested for AIDS. Her aunt though was in anguish. The twelve year old orphan was brave but the reactor could not lie, no matter how much I wished for it to be negative. The impact of giving such news is something I cannot describe. Some people are aware of their risk behavior and understand they had a part on it. But how do you explain a child that her parents not only left her alone in this earth but also left her in a living death herself. The unforgettable crystal-like breaking into a million pieces of an innocent eye. Her aunt told me she was infected probably by birth, and had never been on medication. 12 years, and alltough the test was positive for HIV, the girl was standing as healthy as anyone before me. She understood, she cried and she prayed with us. And as she left the building I thought to myself, this are the real life champions whose shirts are simply too big for us to wear.

En presencia de un Milagro

La niña de 12 años llegó al Centro Samaritano de la mano de su Tía. Su semblante no reflejaba el temor que traen todos los que cruzan esa puerta.
Pero su tía no podía hacer nada para esconder la angustia. Años atrás su hermana había muerto de SIDA y cuando nació “María” presentó problemas extraños, pero se normalizó. 12 años habían pasado ya y delante de nosotros esta niña fuerte, que sin medicamentos y sin saber su condición había sobrevivido al virus. Aida le practicó la prueba rápida y corrió en segundos el reactor indicando la presencia del intruso.
¿Cómo explicarle a una niña que tiene en su sangre una enfermedad sin cura? Que la ha tenido desde siempre… que no podrá vivir una vida normal…
Ha sido uno de los momentos más críticos de mi vida y admire la fortaleza de Aida para dar una noticia así. Yo misma había dado la noticia a tantos pero aunque el dolor que se siente y el asombro de la realidad cruda te persigue por días, jamás podré olvidar la escena en que los ojos de un inocente se quiebran al saber que sus propios padres no solo la dejaron huérfana sino muriendo en vida.

El preservativo no es 100% seguro, la fidelidad si.

“María” ama a Jesús, su familia se volcó a Dios con todas sus fuerzas y el milagro continúa. Entró al programa gratuito de medicamentos y su vida es normal. Dios le permita vivir hasta ver la cura, es su esperanza, como la de millones que luchan en todo el mundo, los verdaderos guerreros a los cuales nosotros los “sanos”, no les llegamos ni al tobillo.