10/2/12

Mi primera verdadera Semana Santa

Sentada en la parte baja del camarote, con una biblia vieja de lenguaje sencillo Dios habla hoy, decidí pasar tiempo con el Dios que todos dejan por irse a la playa.
No era la primera vez que abría una Biblia, pero fue la primera vez que abrí el corazón así.

No me ajustaban las 24 horas del día, leyendo los evangelios... como sumergida en una nube en la que reía, lloraba, gozaba, hacía preguntas a El y me alimentaba de aquella palabra viva. Hasta que uno de esos días, talvez un miercoles, me llamaron para almorzar...

Algo paso en esos 2 minutos que estuve fuera de mi monte moriah personal, cuando mi hermano menor dijo algo que haló los hilos que detonan la bomba de explosivos que por naturaleza es mi caracter. No se cuantas palabras salieron de mi boca, lo que sé es que 13 años tenía yo en ese verano, y ya manejaba un repertorio de culebras en la lengua.

Cuando regrese a mi cuarto y veo mi Biblia puesta sobre la cama, esperándome. El ambiente aún de completa paz y la ricura de Su presencia... me tiré al suelo a llorar de dolor y con amargura de la mas profunda, diciéndole entre las lagrimas mas sinceras que probablemente he llorado:
Señor, tan rapido perdi mi salvacion!!!!

Hacia apenas unos dias que los Odell habían pasado por la Refor. Yo era nueva, ni siquiera parte... pero la semana anterior el Pastor Gregorio había dado el mensaje que hizo temblar mi mundo, y decidirme. Ese día no pude levantarme de la silla cuando hizo el llamado... pero prometi en silencio que el domingo siguiente sería la primera en levantarme. Y con mi decision halaría a muchos que se levantarían. Así que me vestí de verde, un vestido que jamas habia usado por ser "femenino", en el momento era mi mejor gala... por lo menos le gustaba a mi Mamá... o era el unico vestido de mi closet varonero. Y me lo puse y me peiné y me fuí. Los Odell esa noche lo dejaron más claro que era imposible retractarme - no que lo pensara, pues ya iba decidida - mi nombre seria inscrito en el libro de la vida. Pero por alguna razón... no me quedó claro, si la salvación se perdía o no.

Tirada en el suelo de mi cuarto llorando de verguenza por mi boca apestosa de juicios y condenas hacia mi hermano... no dejaba de lamentarme diciendo " Señor!! tan rápido perdí mi salvación!!!" De pronto en un segundo callado, en un silencio apacible... la voz más tierna y dulce habló en mi corazón como una caricia: " Mi Justificada, eres mi Justificada". Reconocería esa voz en cualquier parte... no hubo necesidad de preguntar quien era! Era mi Jesús, su voz tan dulce como su mirada, la que no he visto, pero tantas veces he sentido mirándome y consolándome.

Nunca habia escuchado esa palabra "Justificada" - era nueva, 13 años apenas- pero la entendí claramente y el dolor se detuvo y las lagrimas se secaron y el gozo lleno mi corazón.

Su perdón es eternamente y para siempre.

Y no soy nadie para decirle al Maestro como hacer sus negocios, solamente acepto la pureza de su amor, y la generosidad tan ilimitada de comprarme. Me compró a precio de sangre y soy suya. Le pertenezco! Y nada ni nadie, jamás podrá arrebatarme de su seno. Estoy en Cristo, y no importa donde mis pies se paren, nada se compara con su amor. Y no cambio por nada la delicia de estar en su presencia. Por lo que te pido Padre Bueno, que tomes control de esta situación, porque lo único que me importa es agradarte a ti solamente. Amen.

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